“Los comedores se encuentren en algún caso sin comida para el alumnado, haciendo improvisar a las cocineras de algunos centros. En otros casos se ha tenido que tirar la comida por llegar en mal estado o repartir 4 barras de pan entre 45 alumnos. Los menús especiales tampoco llegan y la carne de ternera ha sido sustituida por cerdo, con el inconveniente que eso supone para el alumnado de religión musulmana”.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo funciona el nuevo servicio de comedores escolares después de que la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León haya decidido cambiar a la empresa que hasta ahora venía gestionando el servicio, según denuncia el Movimiento por la Escuela Pública, Laica y Gratuita, que asegura que “la disconformidad con el actual servicio es general”.
Según el colectivo, el cambio de empresa, que se resolvió a pocos días del comienzo del curso, ha provocado que la adjudicataria del servicio “no esté preparada”.
Se quejan los profesores, se quejan los padres y, los alumnos, “no quieren ir al comedor escolar, dicen que la comida no les gusta o tienen hambre antes de tiempo, señal que no han comido”, denuncia el Movimiento, que recuerda que esta situación es especialmente grave si se tiene en cuenta que para muchos escolares esta comida es la única que tienen garantizada al día.
Para el Movimiento por la Escuela Pública “el fondo de la cuestión radica en la intención de abaratar costes por parte de la Junta de Castilla y León lo que supone una pérdida en la calidad de la comida, así como en la reducción del personal encargado de educar y cuidar al alumnado durante los periodos de comedor escolar”. “La externalización del servicio ya consolidada durante varios cursos ha supuesto la generalización del uso del catering , que reduce la calidad de la alimentación, ya que no utiliza productos propios de la zona, y la comida se precalienta antes de viajar durante muchos kilómetros. Esto también ha repercutido en la pérdida de relación directa entre quien cocinaba en los centros y el alumnado. Este personal sobretodo en las zonas rurales era quien realmente conocía a los niños, sus gustos, hábitos alimenticios, enfermedades, etc.. Cada vez en más centros desconocemos quien cocina y de donde viene la comida”, sostiene.
“Cada vez que la Junta privatiza un servicio, el trabajo sigue recayendo en el profesorado y en las direcciones de los centros; por eso desde el Movimiento pedimos una gestión pública ¡ya!”, reclaman con contundencia.
Fuente: Ultimo Cero