El 28 de octubre de 2013 entraba en vigor el actual convenio colectivo de personal laboral al servicio de la Administración General de la Comunidad de Castilla y León y Organismos Autónomos dependientes de ésta. Dicho convenio venía a afectar a un colectivo que engloba en torno a 17.000 laborales y se concibió como un convenio transitorio con una vigencia de dos años. Vino a paliar un tanto el desastre que constituye la reforma laboral del Partido Popular de 2012 (Real Decreto-ley 3/2012).
En mayo de 2015, y en medio de declaraciones de altos responsables económicos del gobierno de la Nación, en el sentido de que “la recesión era cosa del pasado y que vendrían tiempos mejores” (Montoro dixit), se denuncia por parte de CGT, CSIF y UGT el convenio de 2013 pues se considera de que iba siendo hora que el personal laboral de la Junta recuperase al menos parte de las condiciones económicas perdidas durante los últimos años y que se pueden cuantificar en algo más del 20%.
Tras las elecciones sindicales de marzo se retoma la negociación quedando patente desde el minuto 1 que la Administración se niega a incluir mejoras económicas e incluso se descuelga con propuestas que vienen a suponer pérdida de derechos ya reconocidos. Constatada esta actitud la parte social decide dar por finalizada la negociación y prorrogar la vigencia del convenio por un año.
Desde STACYL denunciamos la inflexibilidad de los responsables negociadores de la Administración y su discurso de “carestía presupuestaria” que choca con el triunfalismo de sus propios correligionarios de partido en Madrid. Esta cerrazón se suma a otros pasos que está dando la Junta en otras cuestiones (RPTs, administración B) que nos parecen francamente preocupantes y ciertamente alejado de un espíritu abierto e inclusivo que debiera de caracterizar a un gobierno que ya no dispone de mayoría absoluta.
Pero tampoco podemos ignorar que los sindicatos CGT, CSIF y UGT se embarcaron en esta negociación sin un plan B (¿ o es que acaso estos ingenuos pensaban que la Junta iba a soltar los dineros sin más?). O nos resignamos a lo que hay o movemos ficha y eso pasa indefectiblemente por decir a las claras al personal laboral que si queremos mejoras económicas o de otra índole hay que movilizarse porque la Junta, y bien clarito ha quedado en esta fallida negociación, no va a dar nada por las buenas.