El trabajo parcial en la actualidad también esconde una forma de precariedad en el empleo que se ha elevado respecto a la época previa a la crisis económica. Hay más personas ocupadas con este tipo de jornadas reducidas –especialmente se ceba en mujeres que quieren trabajar más–, también se ha elevado mucho el porcentaje de personas que mantiene estos empleos a tiempo parcial porque no encuentra un trabajo a tiempo completo.
En total, 2,8 millones de trabajadores tenían jornadas parciales en 2019, de las cuales 2,1 millones son mujeres. En esas fechas, el porcentaje de trabajadores parciales involuntarios (que quieran contratos a tiempo completo) fue del 52%. Aún no hay datos oficiales de 2020 pero con la pandemia y el auge de la economía de plataforma los datos no van a ser mejores.
España lleva décadas con una asignatura pendiente: el empleo. el gran protagonismo del trabajo temporal, que raramente ha bajado por debajo del 25% del total —y cuando lo ha hecho, ha sido porque se ha destruido este tipo de empleo. Mientras los viejos males del mercado laboral siguen sin resolverse, aparecen nuevos retos: por un lado, los que va a traer la pandemia, que son parecidos a los que se han vivido en las últimas cuatro décadas y, por otro, lo que vienen con la economía de plataforma. España encabeza la tasa de temporalidad de la UE con 21,9 %. El riesgo de automatización de puestos de trabajo en España es más alto que en otros países europeos. Lo últimos datos oficiales dejan clara esta evidencia total 4,3 millones trabajos son temporales y la brecha salarial afecta especialmente a las mujeres donde alcanza hasta 4.915€ al año.
El trabajo colaborativo de la economía proporciona flexibilidad a los trabajadores ya que pueden elegir cuándo, dónde y cómo quieren trabajar. Sin embargo según informe de la OIT, los estudios muestran que los trabajadores colaborativos reciben escasa remuneración, al menos en comparación con los ingresos habituales. Otro problema relacionado con los bajos ingresos es el impago de las tareas realizadas por las trabajadoras y los trabajadores. Muchos de los trabajadores y trabajadoras de las plataformas no están afiliados a la seguridad social y no disponen de condiciones sanitarias adecuadas y de seguridad en el trabajo, a pesar de que estos derechos se consideran, derechos fundamentales y están consagrados en las legislaciones nacionales, en los Tratados, en la legislación europea y en las normas internacionales de la OIT.Aproximadamente un 11 % de la población adulta ya ha prestado algún servicio en plataformas, lo que da idea del extraordinario nivel de rotación de personal. La OIT considera que las plataformas plantean problemas específicos: salarios bajos , no inscripción en la seguridad social (que llega al 91 % en la plataforma Amazon Mechanical Turk), rechazo del trabajo (nueve de cada diez trabajadores han visto su trabajo rechazado), pago de comisiones para poder trabajar, lo que es contrario a varios Convenios de la OIT sobre protección de los salarios; no sindicación e inexistencia de la negociación colectiva.En el trabajo de las plataformas existe una dimensión de género y una dimensión de edad.