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STACyL, sindicato perteneciente a la Federación STECYL-i, hace un llamamiento a las fuerzas políticas que concurren a las elecciones generales del próximo 26 de junio de 2016, para que se comprometan a apostar por la defensa de los servicios públicos y por una administración ágil y moderna que responda a los retos que nos plantea la sociedad a la que sirve.
Se necesita dar un profundo giro a las políticas presupuestarias del Estado y de la Junta de Castilla y León para revertir tendencias, bastante preocupantes a nuestro entender, como:
- Una administración envejecida, con una edad media del empleado público en torno a los 50 años.
- Una administración disminuida, con pérdida de varios miles de puestos de trabajo, mientras las necesidades sociales no han dejado de crecer, lo que se traduce en un servicio de peor calidad.
- Una administración que externaliza servicios, los cuales pueden desempeñarse sin mayor problema por empleados públicos. Abogamos por un mayor control de la gestión de estos servicios privatizados.
Frente a ello desde STACyL planteamos:
- Recuperar el empleo público y Promover Ofertas de Empleo Público dignas de tal nombre que rompan con las limitaciones de la tasa de reposición que nos está estrangulando.
- Es necesario que el peso del sector público en el PIB crezca equiparándose a los países de nuestro entorno.
- El blindaje de los Servicios Públicos Básicos.
- Reclamamos la vuelta a la jornada de 35 horas.
- Hacemos un llamamiento para que entre todas y todos devolvamos prestigio a la Función Pública. Se hacen recurrentes llamadas para dignificar al empleado público, pero la realidad nos trae deterioro de las condiciones laborales en forma de congelación salarial, deficiente cobertura de bajas, pérdida de salario en especie (vestuario). En STACYL creemos que la tan pregonada dignificación del empleado público puede pasar por la adopción de medidas tales como la recuperación de poder adquisitivo, una carrera profesional digna de tal nombre, la promoción interna y cruzada, los concursos de traslados abiertos y permanentes para todos los empleados públicos y la cobertura inmediata de bajas y vacantes.
- Una administración profesional que se precie no puede apoyarse en el abuso de la figura de la libre designación, que lo que fomenta es clientelismo político. También estimamos que debe limitarse el crecimiento de la Administración B, entes que usurpan competencias y funciones del empleado público y cuyo control y transparencia dejan mucho que desear.