Muchas de las Comunidades Autónomas, entre ellas la nuestra, siguen aumentando su déficit y se verán obligadas a reducirlo. El próximo 31 de julio habrá reunión del Consejo de Política Fiscal y financiera, donde se encontrarán el Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, con los Consejeros de Hacienda de todas las Comunidades Autónomas, donde deberán discutir sobre los recortes a realizar para equilibrar los presupuestos.
El Ministerio de Hacienda ya ha hecho circular una serie de medidas (255), que nadie se atribuye directamente. El Gobierno Español dice que han sido propuestas por las Comunidades Autónomas y los gobiernos autonómicos lo niegan o callan. Nadie quiere ser el culpable de nuevos recortes contra la ciudadanía, aunque todos los legislan y aplican.
Revisando este documento de posibles medidas, nos encontramos, otra vez, con copagos en la Sanidad (consultas médicas o recetas) y en la Administración de Justicia (tasas judiciales) reducción de la oferta educativa en las Universidades Públicas, disminución de la financiación en escuelas infantiles municipales, aumento de jornada para el personal empleado público (40 horas) reducción de salarios y de plantillas (y la consiguiente reducción del personal interino) privatización y externalización de servicios…
Al final, se incide en lo mismo que se lleva haciendo desde hace cuatro años: Empeorar los Servicios Públicos, acabar con su gratuidad, ponerlos al servicio del negocio privado y situar al Personal Empleado Público como diana de la pérdida de derechos laborales, de precariedad y paro.
Si la decisión definitiva se toma el 31 de julio, el atraco será, además, con alevosía para impedir la respuesta de la ciudadanía y del personal que trabaja en los Servicios Públicos. Ya no quedan opciones y ningún crédito se puede ya otorgar a esta banda de forajidos. Tras privatizar Caixa Catalunya, saneada con cerca de 12.000 millones de dinero público y tras hacer una reforma fiscal que reduce la escasa presión tributaria sobre las grandes fortunas y Empresas, siguen diciendo que hay que ahorrar en gasto público.
Ya sólo esperamos que se vayan. Sólo nos queda echarlos fuera. A quienes salvan bancos y condenan a las personas.