PARAR LOS RECORTES, LA CORRUPCIÓN Y LA REPRESIÓN
Volvemos a pasar por el Primero de Mayo siendo conscientes de que, cada día, está en la calle y en la movilización el futuro de la gente, de los pueblos, de la clase trabajadora, de las futuras generaciones.
Seguimos enfrentándonos a los abusos de los mercados, del capital, que tienen en la clase política que gobierna, desde Europa y desde el Estado español, su mejor aliado para seguir imponiendo las condiciones para el empobrecimiento de la clase trabajadora.
Somos también conscientes del trabajo que tenemos delante y de su importante trascendencia, para seguir sensibilizando sobre lo que se nos viene encima, pero también, de la necesidad de seguir pateando las calles, los centros de trabajo y las conciencias de la manera que consideramos como la vía más efectiva para atacar a quienes nos atacan.
Una tras otra nos van cayendo normas y leyes, cizallas que procuran dejarnos sin libertades y sin posibilidades de respuesta. Nos están empobreciendo en todo, sin escrúpulos; y además vemos, con mucha preocupación, como en el estado español son más de dos millones de niñas y niños quienes superan el umbral de pobreza; esto significa familias viviendo en condiciones límite, de pobreza energética, sin techo, sin trabajo…sin pan. Al mismo tiempo se sigue produciendo, y de manera feroz, la precarización del trabajo, por las fórmulas de contratación y por la eliminación de derechos laborales. Vemos como los servicios públicos se privatizan o directamente se cierran. Vemos como “apañan” sus blanqueos y corrupciones con nuevas normas fiscales que toleran, legalizan y alientan las prácticas de fraude fiscal que ellos mismos practican.
Llevamos ya mucho tiempo dando a conocer y peleando para desmontar este nuevo ataque a las ciudadanas y ciudadanos (el TTIP -Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión-), que se está cocinando desde las altas instituciones europeas y norteamericanas, sin la mínima participación de los parlamentos nacionales: TTIP, el CETA (entre la UE y Canadá) y el TISA (Acuerdo multilateral entre 50 países sobre el comercio de Servicios). “Todo ello junto supone un verdadero ataque contra los derechos y libertades de la ciudadanía y las personas trabajadoras y contra la soberanía de los pueblos. (…) un acuerdo para fortalecer el capitalismo depredador de las multinacionales norteamericanas y europeas, que pretenden ampliar e imponer las políticas neoliberales de la Troika con el cómplice consentimiento de nuestros gobiernos. Se trata de un ataque directo a importantes derechos conseguidos en largas luchas sociales y del movimiento obrero, y a los intereses de la gran mayoría de las personas de la UE, de los EEUU y de los demás países del mundo” (ver comunicado de la Confederación Intersindical del 18/04/15).
Al mismo tiempo nos acaban de aprobar una Ley, la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida como Ley Mordaza, con la que pretenden, por la vía de la represión y la amenaza, tenernos callados y en casa. Una Ley que pervierte el sistema, suprimiendo libertades y derechos fundamentales.
A cambio, nuestro compromiso y nuestra lucha sigue renovándose y cogiendo fuerza a golpe de DIGNIDAD y de CALLE. Llenamos Madrid de nuevo el 21 de marzo, en este nuevo colofón a otra etapa de asambleas ciudadanas y participación desde la coherencia y el compromiso, con la gente, con la clase trabajadora, con los derechos y libertades, con la vida.
Hoy, sin duda, nuestro mensaje se llena de sentido, y es el compromiso que asumimos: Pan, trabajo, techo. Parar los recortes, la corrupción y la represión. Y la manera de hacerlo responde a una proclama social mil veces repetida en las calles desde el 21-M: “La calle es el único camino para que los cambios sean reales, para que haya una verdadera transformación social”.