Nos encontramos finalizando el año 2021 y continuamos igual o peor que en años anteriores en lo que se refiere a violencia machista. El tiempo pasa, la situación crítica de las mujeres en este mundo, no. En concreto, en el Estado Español, en el año 2020 fueron asesinadas 45 mujeres y, en lo que va del año 2021, a 13 de octubre 2021, han sido asesinadas 36, dejando 21 menores huérfanos/as. Si hacemos un análisis de las edades en las que se sitúan estas mujeres asesinadas oscilan entre 25 la más joven y 81 años la mayor. Son mujeres de generaciones muy alejadas en el tiempo pero cercanas en la forma de acabar sus vidas. La violencia machista no sabe de edad ni de generaciones, como podemos comprobar. Este problema social no está solucionado ni se tiene aún la suficiente conciencia sobre él como para poder denunciarlo en el momento en que se percibe de una manera personal o cercana (hasta mayo de 2021 solo un 6,2% de denuncias al 016 eran de personas allegadas a las víctimas).
Los maltratadores siguen sueltos, impunes en una sociedad que solo los acusa cuando ya han quitado la vida a su pareja, expareja, o a sus hijos o hijas. Ahí ya se llega tarde. No son inocentes que en un momento dado pierden la razón y no saben lo que hacen sino que lo planifican y lo ejecutan perfectamente. No pueden soportar que la mujer ya no esté bajo su dominio y, si para que tenga un sufrimiento mayor tiene que quitarle la vida a sus propios hijos/as, lo hará. Nadie puede decir que era un buen padre, como oímos en ocasiones, ¡¡NO!!. Un maltratador jamás puede ser un buen padre. La violencia vicaria se ha llevado a 40 inocentes desde 2014.
La modificación legal para proteger a los menores víctimas de violencia vicaria es la nueva Ley de Protección a la Infancia, que entró en vigor este junio pasado y prevé que, en los casos de violencia de género, se suspenda el régimen de visitas de los presuntos maltratadores si se dicta una orden de protección para la madre y existen indicios de que los menores han presenciado el maltrato. Pero, ¿qué ocurre cuando no hay denuncia de por medio? ¿Cómo se cuida a esa mujer y a sus hijas e hijos? Por eso hay que apoyar a todas las víctimas de violencia machista con la seguridad de que exista un amparo legal y social real. A muchas mujeres les falta seguridad y confianza porque no ven que el único camino para salvaguardar su vida y la de sus hijos e hijas es la DENUNCIA.
Las mujeres seguimos siendo el objetivo principal de las frustraciones de muchos hombres que ven a sus compañeras o excompañeras como débiles y fáciles de controlar. En el momento en que sienten perder ese control, surgen la ira, el odio… Un caso cercano lo tenemos actualmente en la Isla de La Palma, junto a la situación de incertidumbre que padecen las personas afectadas de catástrofe natural provocada por el volcán, se suma un incremento de llamadas al Servicio de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia de Género SAMVV-112 en un 60% desde que comenzó la erupción. Podemos también hablar de Afganistán y la situación lamentable en la que se encuentran las mujeres, a las que se les han arrebatado todos sus derechos y han perdido todo su valor como personas. En Colombia hay casi 680.000 mujeres pertenecientes a diferentes grupos étnicos, la mayoría de ellas viviendo en condiciones nada favorables. En el conflicto armado se identificaron 261.476 mujeres que fueron víctimas de violencia machista; de ellas, el 3,88% tenía alguna discapacidad y el 27,66% eran niñas y/o adolescentes. India sigue siendo el país más peligroso para la mujeres, con un alto riesgo de violencia sexual y esclavitud laboral. En Somalia, aproximadamente el 98% de las mujeres han sufrido mutilación genital y se las emplea para engendrar hasta que sus cuerpos aguantan. Estos son solo algunos ejemplos de violencias sobre la mujer entre tantos existentes a lo largo y ancho del Planeta. Lejos de ser erradicadas, a pesar de que cada vez más mujeres alzamos la voz para decir ¡BASTA YA!, continúan y no terminarán hasta que existan generaciones concienciadas y formadas en igualdad, consiguiendo el respeto hacia la mujer de una forma real y no como una utopía.
LAS MUJERES ESTAMOS:
HARTAS DE QUE NOS MATEN
HARTAS DE QUE MATEN A NUESTRAS HIJAS E HIJOS
HARTAS DE TENER MIEDO DE SALIR SOLAS A LA CALLE
HARTAS DE QUE CUESTIONEN CÓMO VESTIMOS
HARTAS DE QUE NOS DIGAN LO QUE TENEMOS QUE HACER Y CÓMO HACERLO
HARTAS DE QUE NOS DIGAN QUÉ TENEMOS QUE PENSAR Y CÓMO HACERLO
¡¡HARTAS, HARTAS, HARTAS…, PERO IMPARABLES!!
Madrid, 25 de noviembre de 2021 | Organización de Mujeres de la Confederación Intersindical