Por salarios dignos, reducción de jornada, vivienda y derechos laborales reales
El 7 de octubre se celebra el Día Mundial por el Trabajo Decente, una jornada impulsada por el movimiento sindical internacional para reivindicar el derecho de todas las personas a un empleo con derechos, salarios dignos y condiciones laborales justas.
Desde STACYL , nos sumamos a esta conmemoración reafirmando nuestro compromiso con la defensa de la justicia social, la igualdad y la dignidad de la clase trabajadora. El trabajo decente no puede ser un lema vacío: significa tener un salario suficiente para vivir, una jornada laboral que permita conciliar la vida personal y familiar, protección frente al desempleo, la precariedad y la siniestralidad laboral, y servicios públicos fuertes que garanticen la cohesión social.
En el Estado español, la clase trabajadora continúa sufriendo las consecuencias de un modelo económico basado en la temporalidad, la parcialidad involuntaria, los bajos salarios y la pérdida de poder adquisitivo. La reducción de la jornada laboral semanal sin pérdida salarial, la derogación de los aspectos más lesivos de las reformas laborales, la revalorización de los salarios y las pensiones, y la protección del empleo público y de los servicios esenciales son medidas imprescindibles para avanzar hacia un verdadero trabajo decente.
Pero el trabajo decente también requiere garantizar el acceso a una vivienda digna y asequible. Millones de personas trabajadoras se enfrentan hoy a alquileres abusivos, hipotecas impagables o la imposibilidad de emanciparse. El derecho a la vivienda no puede estar sometido a la especulación ni a los intereses del mercado. Exigimos políticas públicas valientes de vivienda, un parque público de alquiler suficiente, y la regulación efectiva de los precios para asegurar que nadie tenga que elegir entre comer o pagar el techo bajo el que vive.
Asimismo, reclamamos igualdad salarial entre mujeres y hombres, el fin de la brecha laboral y de pensiones, el reconocimiento de los derechos laborales de las personas migrantes y una apuesta firme por la negociación colectiva y la participación sindical en todos los sectores.
El trabajo decente implica también garantizar la salud laboral, erradicar la siniestralidad y el estrés derivados de la sobrecarga y la inestabilidad, así como promover un modelo productivo sostenible que ponga la vida, las personas y el planeta en el centro.
En este 7 de octubre, STACYL llama a las trabajadoras y trabajadores a organizarse, movilizarse y defender sus derechos. Solo con la fuerza colectiva podremos construir una sociedad más justa, democrática y solidaria, donde el trabajo decente y la vivienda digna sean una realidad para todas y todos.